miércoles, 7 de febrero de 2018

La verdadera vida de Sebastian Knight, de Vladimir Nabokov




La verdadera vida de Sebastian Knight fué una de las primeras novelas que Nabokov escribió en lengua inglesa, cuando aún se encontraba en el continente europeo. No suelo fijarme mucho en la vida de los autores por eso que en el New Criticism se llamó la falacia biografista y con la cual suelo coincidir en la mayoría de casos. No obstante, es innegable el tremendo parecido que existe entre la personalidad del propio Nabokov y del protagonista aparente de esta "novela". Sebastian Knight es, como el Nabokov de esta época, un escritor que busca la pureza de los detalles en una lengua que no es la suya, rusificando el inglés en un extrañamiento frío y preciosista. Marcha a estudiar a Inglaterra poco después de la muerte de su padre y descubre que lo único que se le da bien en la vida es escribir y que para todo lo demás puede ser el hombre más torpe y despistado del planeta. Knight vive en su mundo de palabras y matices y construye un universo propio a lo largo de cinco libros, cuyas historias irán apareciendo en el libro sustancialmente, sintiéndose todas ellas viejos proyectos de novelas cuya construcción el propio Nabokov habría descartado.

La etiquetación de este libro es complicada, pues si bien no parece una "novela" del todo, contiene elementos propios de la misma, con personajes marcadamente literarios, situaciones cómicas, dramáticas y poéticas y una gestión de la intriga increíblemente bien elaborada. Digo que no es una novela del todo porque a lo largo del texto se van introduciendo numerosos elementos monográficos, apreciaciones y fragmentos de las novelas que Sebastian habría escrito. El narrador no es él, ni una figura omnisciente, sino un tal V. (¿Vladimir?) su hermanastro, que tras la muerte del escritor ruso (nacionalizado inglés) y la edición de un libro lleno de infamias y calumnias sobre Sebastian convierte en su deber publicar una biografía fiel y sincera que dote a la figura de su hermano del prestigio que sabe que merece. Es así como nuestra visión de Knight se torna muy parcial y llena de toda clase de filtros. V. habla con la desdichada prometida del autor, que decidió abandonar por otra; habla con amigos pintores y poetas que conocieron de cerca el corazón oscuro de su medio hermano, con viejos amigos de la universidad que recuerdan lo mal que jugaba al tenis y emprende una búsqueda cargada de magia por toda Europa tras los pasos de la amante -la "femme fatale"- que habría llevado la vida de Sebastian a la más absoluta ruina económica y al pleno desarrollo de su creatividad literaria. Por todo esto cuesta asimilar esta novela como una más, pues en ella conviven plenamente la narración de viajes con el comentario literario y con el género de una biografía, que aunque trate a un personaje de ficción, se siente muy real por todo el amalgama de sentimientos que expresa V. hacia su hermano y que oscilan desde la envidia hasta la admiración. V. desprecia y ama al mismo tiempo a Sebastian; Nabokov lo convierte en un personaje que parece sacado de una novela de Dostoievski, con un discurso que trata de disimularse y que resulta incapaz. ¿V. escribe este libro por Sebastian? ¿Quiere honrar su memoria? ¿O quiere, por lo contrario, desprenderse del duro peso que conlleva ser el hermano menor de un hombre como Sebastian Knight? ¿De ser el hermano menor de un Nabokov? Con un apellido que no comparte pero cuya sangre está ligada a la suya y le relega al mero papel de segundón para toda la eternidad. Llega un punto en el que vemos como V. tiene que explicarse a sí mismo que tras la muerte de su hermano dede ser capaz de seguir viviendo sin ese modelo perenne que le hablaba en la distancia como si fuera un dios.

La función lúdica e irónica de Nabokov y su complejidad rusa vuelven a esta obra una historia cargada de momentos literarios especialmente bellos, que serán la delicia de los lectores más avezados y que ya conozcan al autor previamente. Cualquiera de las novelas de Sebastian podrían haber funcionado si hubieran sido editadas en este mundo nuestro y no en el suyo y por el elaborado desarrollo que realiza Nabokov podrían haber llegado a ser muy buenos libros de ficción, aunque su función profundizadora en el universo de La verdadera vida de Sebastian Knight ya es más que suficiente. Para aquellos que les guste la escritura creativa, encontrarán aquí multitud de material interesantísimo que no deberían dejar escapar. En lo que respecta a mi lectura, he de decir que me he divertido mucho y me he maravillado con cada gesto de los personajes, con cada reflexión tan sumamente humana que no puedo más que recomendarlo encarecidamente. Una maravilla poco conocida y que merece con creces la pena leer. ¡Fijáos, que hasta creo que he llorado con algunos párrafos! Tenéis otra reseña más en Lecturas en New York, que es algo modesta y se centra en otros matices que yo no he tratado en esta. He encontrado alguna otra por la red, pero era más un análisis que una reseña y desvelaba demasiada información del libro, lo que hacía que si no lo habías leído a priori te reventase la historia en la cara, así que, a pesar de la extraordinaria calidad del texto, me cuido de linkearlo aquí.

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