martes, 26 de diciembre de 2017

Las sirenas de Titán, de Kurt Vonnegut



Winston Niles Rumfoord es un millonario que viajando en su nave espacial privada con su perro Kazak queda atrapado en un infundibulum crono sinclástico cerca de Marte, lo que le permite desplazarse en el espacio-tiempo dentro del Sistema Solar a capricho del extraño fenómeno cósmico que lo ha fagocitado. Como cada 59 días él y su mascota se materializan en su residencia de Newport unos pocos minutos, sus apariciones y predicciones se han convertido en toda una atracción turística para los habitantes de la región. No obstante, y con suma prudencia, Rumfoord suele aprovechar estas materializaciones para entrevistarse con personajes ilustres de la Tierra que sabe, por sus viajes temporales, que desempeñarán un papel crucial en el futuro de la humanidad. Entre ellos se encuentra Malachi Constant, el hombre más rico del planeta, al que le revela una serie de sucesos acerca de su vida completamente extrafalarios. Malachi se casará con la mujer de Rumfoord, tendrá un hijo llamado Crono y viajará a Marte y a Mercurio antes de volver a la Tierra y partir para Titán, el satélite más grande de Saturno en el que no sólo la vida humana es posible, sino que está habitado por las más hermosas mujeres que el multimillonario haya visto jamás, las sirenas de Titán. Constant disfrutaría allí del amor incondicional de su futura esposa, que en ese mismo momento le repudia hasta límites insospechados, y viviría saltando de orgía en orgía con las titánicas. Lo que no sabe es que Rumfoord ha alterado ligeramente la verdad para convertirles a él y a su esposa, a la que no soporta, en los mártires más emblemáticos de su nueva religión, la Iglesia de Dios, el absolutamente indiferente, con la que planea convertirse en el terrícola más poderoso de todos los tiempos, el único líder espiritual capaz de obrar auténticos milagros.

En Las sirenas de Titán presenciaremos las alocadas aventuras que Winston Niles Rumfoord ha preparado para Malachi Constant, Beatrice y Crono, que entre otras cosas incluyen abducciones, diversos lavados de cerebro y guerras interplanetarias con platillos volantes que cumplen el papel de mero telón de fondo para hacerles pagar por sus pecados antes de llevarlos definitivamente a la luna de Saturno, donde se encuentra Salo, el único amigo del infundibulado cronosinclásticamente. Salo es un alienígena robotizado procedente de una galaxia muy remota y lleva en Titán más de doscientos millones de años a causa de una avería en su nave.

Vonnegut nos ofrece una novela de ciencia ficción cargada del humor estridente y profundamente irónico que lo caracteriza, con importantes toques de crítica social muy bien dispuestos. Se nos muestra una visión muy negativa (y quizás acertada) de la raza humana que en lugar de construir su propio camino prefiere ser guiada por un ser invisible al que atribuye su creación y sus designios. La religión de Rumfoord buscaría demostrar que si hay o no un Dios, a este no le importamos lo más mínimo. El ataque a las religiones tradicionales es abrumador y goza aquí de una buena sarta de argumentos que se llevan a lo cómico hasta un punto máximo cuando Salo se entretiene en Titán viendo como los pequeños terrícolas actúan aún estando solos como si alguien les juzgase desde algún lugar del cosmos.

Esta novela es también un buen ejemplo de texto que trabaja el enfrentamiento entre el destino y el libre albedrío. Malachi Constant se emborracha hasta perder la conciencia durante un mes cuando le leen el futuro porque confía en que haga lo que haga acabará tarde o temprano disfrutando de los bellos encantos de Titán. Frente a esta confianza ciega en la idea de destino, tenemos a Beatrice como una mujer que se siente apoderada de su vida y que con la autodeterminación propia que le dan sus varios millones de dólares hará todo lo posible para que no se cumplan las catastróficas predicciones que habría elucubrado el cinismo de su esposo. La verdad es que el personaje de Beatrice tiene una complejidad enigmática que me ha entusiasmado más que otros personajes de la trama, aunque, por decirlo de alguna forma, no me haya llegado a convencer completamente.

Otro de los temas fundamentales de Las sirenas de Titán es la fuerte crítica que hace Vonnegut de las guerras y de las ideologías de extrema derecha que toman la parte por el todo. Rumfoord se convierte en un líder despótico que dirige a las masas sin guardar ningún reparo a la hora de sacrificar vidas humanas para lograr la difusión casi planetaria de las ideas que le interesan. Su máxima: "No hay razón para que el bien no pueda triunfar con tanta frecuencia como el mal. El triunfo de algo es cuestión de organización. Si existen los ángeles, espero que estén organizados siguiendo los métodos de la Maffia." Mientras que Rumfoord se ve a sí mismo como el salvador, Vonnegut irá introduciendo voces disidentes que harán sospechar mucho al lector acerca de la legitimidad de las decisiones y los auténticos intereses del viajero temporal, creando un entorno dialógico dentro de la novela que le aportará mucho dinamismo e intriga.

Algo que me ha llamado bastante la atención son las constantes referencias bíblicas que guarda la novela. En ella hay tierras prometidas, hijos pródigos, éxodos, génesis y hasta nuevos libros sagrados. La Biblia está muy presente en Las sirenas de Titán y sirve para conectar a personajes clave como Rumfoord y Constant padre, ya que ambos habrían conseguido sus "fortunas" gracias a la palabra sagrada.

En definitiva, una de las novelas más completas y maravillosas que he tenido la ocasión de leer. A diferencia de Madre noche y Cuna de gato aquí el ritmo del texto se siente mucho más fluído y pausado, lo que ayuda a disfrutar mejor de una enrevesada trama que puede marear al lector por la sensación de una falta de lógica aparente. Con Las sirenas de Titán completo la trilogía que me habían recomendado en Das Bücherregal para comenzar a leer a Vonnegut y la verdad es que estoy más que satisfecho con el resultado, hasta el punto de que mis amistades ya empiezan a hartarse un poco de que les dé tanto la brasa con el bokononismo. Acabo este 2017 convertido a la prosa de Vonnegut y espero poder tener acceso en este año que entra a buena parte de su obra tanto de ficción como ensayística. Tenéis más reseñas en, por supuesto Das Bücherregal y Desde la ciudad sin cines. En Das Bücherregal hay, además, hipervínculos a otras reseñas de la misma obra que prefiero no repetir para no colapsaros.

Más reseñas de obras de Kurt Vonnegut en esta esquina: Madre noche, Cuna de gato, El desayuno de los campeones,

 PD. Si hay alguna pega reprochable es quizás que la traducción de Minotauro no me transmite mucha confianza, aunque creo que es la única hasta el momento, por lo que poco se puede hacer al respecto.





3 comentarios:

  1. Aún recuerdo el nivel de asombro que me provocó este libro y como encajaron todas las piezas al terminar. Me alegro de que lo hayas disfrutado y de nuevo gracias por el link. Grande, Vonnegut!

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