jueves, 30 de enero de 2014

Una primera impresión de "Suttree", de Cormac McCarthy


Porque las primeras impresiones pueden influir en el lector hasta el punto de agarrar el libro de la estantería y leerlo o pasar de él, hoy quiero sientan ustedes la misma experiencia que sentí yo cuando abrí "Suttree" por primera vez y me atrapó en sus páramos y por eso les dejo aquí el primer párrafo, en el que, para mi sorpresa, McCarthy me trata de amigo:

"Querido amigo, ahora en estas horas polvorientas sin reloj de la ciudad en que las calles quedan negras y humeantes al paso de los camiones de riego y ahora que los borrachos y los sin techo se han atrincherado en callejones o solares abandonados y que los gatos van flacos y tiesos de hombros por los ámbitos sombríos, ahora en estos corredores hollinentos de adoquín o ladrillo dode las sombras del tendido eléctrico convierten puertas de sótanos en un arpa gótica, ni un alma caminará excepto tú."

Este es el momento en el que no sabía si debía ser su amigo hasta el final, irme pitando o darle una mínima oportunidad. Nunca he sido de extremos y poco a poco he ido avanzando en una historia contada en tercera persona, con extraños saltos a la primera, que nos narra el presente de Suttree, un pescador con una especie de pasado oscuro en un correccional en la década de los cincuenta en Knoxville, Tennesse, Estados Unidos de América. Hasta aquí nada nuevo. El paisaje es descrito con brío y barroquismo. Nada del McCarthy actual echado a perder escribiendo guiones de cine malos para pelis peores aún. El realismo de las descripciones (hasta el momento) parece que contrasta enormemente con el minimalismo que se adopta en las conversaciones entre personajes (que por cierto, no vienen marcadas con guiones de la forma tradicional). 
Knoxville, Tennesse. Seguiremos informando...

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